FOTO: CONICET Fotografía/ Rayelen Baridon |
Es la madrecita de agua, que hasta ahora nunca se había empleado para identificar derivados del petróleo. El estudio de especialistas del CONICET, que se validó en dos canales que rodean al Polo Petroquímico local, convierte a la especie en un instrumento de monitoreo ambiental
Su sigla es EROD y es la enzima cuya actividad se evaluó en madrecitas de agua (Cnesterodon decemmaculatus), un pez pequeño nativo de Sudamérica frente a la exposición a hidrocarburos en un estudio científico a cargo de especialistas del CONICET publicado recientemente en la revista Science of the Total Environment. Allí, luego de que los ensayos de laboratorio evidenciaron una respuesta biológica exacerbada, la investigación se trasladó al Polo Petroquímico del Gran La Plata y analizó si lo mismo se veía en los individuos en su medio natural.
“Nuestro grupo trabaja en ecotoxicología acuática, y en ese marco este estudio se propuso analizar la respuesta biológica de EROD como biomarcador, una sustancia utilizada a modo de indicador, en este caso, específicamente de exposición a un tipo de hidrocarburos llamados aromáticos policíclicos (HAPs)”, relata Pedro Carriquiriborde, investigador del CONICET en el Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM, CONICET-UNLP-CICPBA) y uno de los autores de la investigación.
Además, se hicieron ensayos para ver cuán rápido respondía y cómo iba evolucionando la actividad de EROD a lo largo del tiempo de exposición, y pruebas de depuración buscando observar cuánto tardaba la enzima en volver a sus valores normales una vez que se retiraba el HAP del agua. “Una mayor inducción, es decir aumento de actividad, fue observada en hígado y branquias, y también en músculo.
Al complementar las pruebas de laboratorio con peces colectados del ambiente, concretamente de los canales Este y Oeste circundantes al Polo Petroquímico del Gran La Plata, los resultados fueron comparables. “En este caso observamos individuos juveniles y verificamos que muestran la misma actividad aumentada de EROD en comparación con peces de la misma especie que habitan en el arroyo Espinillo, ubicado cerca del camino a la localidad de Magdalena y mucho mejor conservado a nivel ambiental”, detalla Rabuffetti. La investigación, además, mostró que en los individuos que habitan las aguas cercanas al complejo industrial, y que por ende están expuestos crónicamente a hidrocarburos, los peces no se insensibilizan y EROD se sigue expresando todo el tiempo de forma exacerbada. “No es que en algún momento se genera un mecanismo de tolerancia en la respuesta de la enzima y se desarrolla una resistencia, sino que, mientras continúa la exposición, la respuesta estará exaltada durante toda la vida”, añade la experta.
¿Y qué consecuencias puede tener una expresión exacerbada de esta enzima en los órganos observados? “EROD participa en la biotransformación de un conjunto de moléculas del metabolismo normal, como por ejemplo los esteroides derivados del colesterol, que son modificados en varios precursores de