Por Lorena Tablada ✍️
Fue a través de un proyecto del Instituto Antártico Argentino y participaron especialistas del CONICET La Plata que sometieron las partículas halladas a dos técnicas avanzadas de determinación química.
Tal como se viene reportando en distintas investigaciones científicas, la Antártida ya no es lo prístina que fue durante la mayor parte de su existencia, sino que el avance del ser humano sobre la remota región con fines científicos, militares, pesqueros y hasta turísticos fue contagiando también sus blancas extensiones con los distintos tipos de contaminación a los que el resto del planeta ya está acostumbrado. De acuerdo a una reciente investigación de la que participan especialistas del CONICET La Plata, se confirmó la presencia de microplásticos en la atmósfera de la península Antártica, la porción de tierra más al norte y, por ende, más cercana al continente americano. El trabajo, que aparece publicado en la revista Chemosphere, es casi pionero en la temática dado que la mayoría de los estudios que miden la polución de aquellas latitudes se concentran en la basura que llega por agua como consecuencia del rol de las corrientes oceánicas, pero no en observar qué sucede en el aire.
En este caso, lo que se da a conocer es el resultado de un monitoreo continuo realizado en la estación científica argentina Base Carlini, ubicada en la isla 25 de Mayo, al norte de la península, a través de dispositivos para la toma de muestras de partículas atmosféricas. El análisis de aquellas consideradas sospechosas determinó que el aire que se respira tiene una amplia variedad de polímeros plásticos y tintes asociados principalmente a la industria textil. “Además de todo lo hallado, lo interesante del estudio es que los sitios de monitoreo evaluados revelaron que podrían prevalecer los efectos de circulación atmosférica de corto alcance, es decir cercanos a la base, posiblemente influenciados por los de largo alcance, o lo que llega desde lejos”, explica Lucas Rodríguez Pirani, investigador del CONICET en el Centro de Química Inorgánica (CEQUINOR, CONICET-UNLP-asociado a CICPBA) y primer autor del trabajo.
Concretamente, las partículas capturadas fueron analizadas en el transcurso de 2023 bajo dos potentes técnicas utilizadas para determinar la composición química de materiales extremadamente pequeños: microespectroscopía RAMAN, disponible en el CEQUINOR, y microespectroscopía de infrarrojo, en este caso en el Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón (LNLS) ubicado en Campinas, en el estado brasileño de San Pablo. “Las muestras que estudiamos son microplásticos, es decir plásticos cuyas dimensiones no superan los 5