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martes, 19 de noviembre de 2024

Más de 2 millones de argentinos podrían tener EPOC y no lo saben

Consulta médica y espirometría: claves para la detección temprana de EPOC y la mejora de la salud respiratoria
Foto Gentileza: UAI noticias 



20 de noviembre - Día Mundial de la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) 


Por Lorena Tablada  ✍️


Si te falta el aire al realizar cualquier actividad, si tenés tos, si fumás o fumaste, o si estás expuesto a algún grado de contaminación del ambiente, consultá a tu médico y realizá una espirometría. Podría ser EPOC.

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Tener EPOC es padecer una enfermedad de lenta progresión que tiene como síntoma característico la falta de aire. Este síntoma se manifiesta inicialmente ante mayores esfuerzos, como correr el colectivo o subir escaleras y luego ante tareas cotidianas, como tender la ropa o salir a caminar. Adicionalmente, se trata de una afección de elevada prevalencia y constituye la tercera causa de muerte a nivel mundial. La detección temprana y el manejo adecuado son claves en la evolución de los pacientes.

La causa principal de la EPOC es el tabaquismo, por eso es tan importante que quienes fuman o fueron fumadores se realicen estudios diagnósticos. El desarrollo de la enfermedad, en menor medida, puede estar relacionada a otros factores de exposición ambiental como el humo de leña o exposición a tóxicos inhalatorios laborales, a enfermedades respiratorias adquiridas durante el desarrollo y a factores genéticos.

Si bien la EPOC posee tratamiento, aún no tiene cura; por ello, todas las medidas posibles de prevención adquieren una gran importancia. La detección temprana de la enfermedad ante los primeros síntomas facilita su manejo, evitando la progresión a etapas avanzadas en las que la calidad de vida del paciente se ve especialmente limitada. De la misma manera, detectar a personas en riesgo de desarrollar la enfermedad constituye una medida aún más efectiva, ya que la EPOC una vez presente, tiene un curso progresivo a lo largo del tiempo.

Una enfermedad de muchos, un diagnóstico de pocos, una oportunidad para todos

A nivel poblacional, y considerando tanto la realidad nacional como global, el mayor problema que se presenta con esta enfermedad es lo que llamamos subdiagnóstico. Es decir, la persona que tiene EPOC y no lo sabe. En nuestro país, según el estudio epidemiológico EPOC.AR, dicha tasa supera el 70%. De esta manera, de cada 10 personas que padecen la enfermedad, al menos 7 no están diagnosticadas. Trasladando este porcentaje a las cifras del último censo nacional, habría en Argentina más de 2.100.000 de personas con EPOC y sin diagnóstico.

En este contexto, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), junto con la Sociedad de Tisiología y Neumonología de la Provincia de Buenos Aires (STNBA), se unieron para lanzar este año una campaña para incrementar el diagnóstico y para la detección temprana de la enfermedad bajo el slogan: “Podría ser EPOC”. La iniciativa es apoyada por los laboratorios AztraZeneca, Cassará, Elea, GSK y SANOFI, que se unen para colaborar en esta campaña de concientización con el propósito de impulsar más conocimiento

En la misma, se refuerzan las propuestas de las diferentes guías científicas, estimulando a realizar una espirometría para su diagnóstico. Una persona con síntomas respiratorios (falta de aire de cualquier intensidad, tos o percepción de ruidos durante su respiración) o sin ellos (asintomática) pero con factores de riesgo (por ejemplo, que fuma o que haya fumado) debería consultar a su médico y realizarse ese estudio.

¿Te hiciste una espirometría?

Si te falta el aire al realizar cualquier actividad (sea ante grandes esfuerzos o tareas cotidianas), si tenés tos, si fumás o fumaste aunque no tengas síntomas, si estás expuesto a algún grado de contaminación del ambiente, consultá a tu médico y realizá una espirometría.

La espirometría es una prueba que mide la cantidad de aire que una persona puede inhalar y exhalar, así como la velocidad con la que lo hace. Es el pilar diagnóstico de la EPOC y permite conocer la función pulmonar de cualquier persona, comparando con los valores esperados para su edad, género y contextura.

Es una prueba indolora y no invasiva. Durante el estudio solo se te pedirá que soples a través de una boquilla, siguiendo las instrucciones del técnico o médico. La prueba dura solo unos pocos minutos.

Si el estudio confirma la presencia de EPOC, la medicina respiratoria cuenta, en la actualidad, con buenos y eficaces tratamientos para su manejo tanto farmacológicos como no farmacológicos. Entre los

domingo, 10 de noviembre de 2024

La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria da algunos consejos prácticos para evitar esta enfermedad

Consejos para prevenir la neumonía: recomendaciones de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria
Prevención de la neumonía ¿Cómo podemos protegernos?


La neumonía sigue siendo la primera causa infecciosa de muerte a nivel mundial y es transversal a todas las edades. Según lo último publicado por la CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, USA) en el año 2021 hubo 1.4 millones de consultas en las guardias de emergencias por neumonía y la tasa de mortalidad entre 2018-2022 fue de 12.3/100.000 personas.

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En cuanto a datos nacionales, según el último Boletín Epidemiológico Nacional, entre enero y octubre hubo 112.875 casos de Neumonía representando una disminución del 15,79% para neumonías respecto a los casos notificados en el mismo período del 2023. Si bien existe una mejoría en los resultados que suponen los avances de la medicina en general y el tratamiento de la neumonía en particular, el aumento de la edad de la población y la mayor incidencia y gravedad de la neumonía en los adultos mayores, han diluido ese efecto positivo.

¿Qué es la Neumonía?

La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Éstos están formados por pequeños sacos, llamados alvéolos, que —en las personas sanas— se llenan de aire al respirar. Los alvéolos de los enfermos de neumonía están llenos de secreciones purulentas y líquido, lo que puede dificultar la respiración y limitar la oxigenación de la sangre en los pulmones. Esta enfermedad puede ser causada por virus, bacterias, hongos o parásitos.

Los virus constituyen una causa importante de neumonía (23%), tal como hemos visto en la pandemia por SARS-CoV-2 y también en la epidemia H1N1 del 2009, además de los diversos brotes de virus sincicial respiratorio (VSR) en niños y adultos cómo se vio en estos últimos meses de invierno. Dentro de las causas bacterianas de neumonía el Streptococcus pneumoniae, conocido como neumococo, es el más importante, provocando además varias enfermedades que se pueden manifestar como infecciones de la vía aérea superior (por ejemplo: otitis media aguda y/o sinusitis), o formas invasivas (meningitis, bacteriemia, abscesos) siendo estas últimas enfermedades de mayor mortalidad. Además del neumococo hay otros gérmenes que pueden provocar neumonía, aunque su incidencia es menor.

¿Cómo se contagia?
 
La neumonía puede propagarse por diversas vías, los potenciales patógenos pueden estar en el aire que respiramos, provenientes de alguna persona enferma o colonizada por virus como el de influenza o VSR o por bacterias presentes comúnmente en la nariz o garganta que pueden multiplicarse en los pulmones luego de aspirarse.

¿Quiénes están más expuestos?

Niños pequeños.
Adultos mayores de 65 años.
Fumadores.
Pacientes con enfermedades crónicas respiratorias, cardíacas, hepáticas, renales y con alteraciones funcionales del bazo o su extirpación quirúrgica.
Diabéticos.
Inmucomprometidos por causas varias.

¿Cuáles son los principales síntomas?

Los síntomas de neumonía pueden ser generales, como fiebre, escalofríos, malestar general, o más específicos, como tos con secreción mucosa o purulenta, dolor en el pecho o falta de aire. Y muchas veces los pacientes llegan al diagnóstico cuando ya se encuentran en instancia de internación, por eso la prevención es clave para evitar casos de gravedad.

Recomendaciones para prevenirla

En niños: 

Sostener la lactancia materna, al menos hasta que el bebé cumpla los 6 meses y tener al día el calendario de vacunación para reducir las complicaciones en la salud y la mortalidad por infecciones respiratorias.
En adultos: Desechar adecuadamente los pañuelos, cubrirse la boca y la nariz cuando tose o estornuda, no fumar, evitar el hacinamiento y la calefacción a leña, ventilar frecuentemente la vivienda y lugares de trabajo.

Todas las edades: existen actualmente 3 vacunas que tienen indicación en niños y adultos con diferentes esquemas: la antigripal, la antineumocócica y la vacuna contra Covid-19. Cualquier persona puede

martes, 20 de agosto de 2024

Más allá del resfriado común: ¿Por qué los virus respiratorios duran más este año?

Imagen de una persona enferma con un resfriado común, mostrando tos y fiebre.

Más tiempo con síntomas: ¿las infecciones respiratorias duran más este año?



Los virus respiratorios nos sorprenden con síntomas persistentes y se evidencia la necesidad de reforzar las medidas preventivas


En la actualidad, los cuadros de enfermedades respiratorias parecen estar tardando más en desaparecer. Esta percepción no es solo una sensación. Los consultorios médicos han visto un incremento significativo en las consultas relacionadas con este tipo de afecciones desde mayo de este año, y el fenómeno no se limita a una región en particular, sino que se ha observado en diversas provincias del país.

Desde mayo, se han registrado numerosos picos de infecciones respiratorias, especialmente de influenza A, virus sincicial respiratorio y otros virus respiratorios. Estos picos han sido notables en ciudades como Buenos Aires, Rosario, y Córdoba. La mayoría de los casos son de origen viral, lo que ha resultado en un aumento notable de pacientes con síntomas prolongados, como tos y mucosidad persistente, que pueden extenderse hasta por un mes o más.

¿Por qué la tos puede durar tanto?
La tos persistente después de una infección viral es común y puede deberse a la irritación de las vías respiratorias o a la inflamación de los bronquios. En la mayoría de los casos, desaparece por sí sola con el tiempo, pero si persiste o se acompaña de otros síntomas como fiebre, dificultad para respirar o pérdida de peso, es importante consultar al médico.

La Dra. Laura Pulido (MN 127115), coordinadora de la Sección Infecciones Respiratorias de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, subraya “la tos y la mucosidad prolongadas no suelen ser indicativas de una patología grave, sí es importante consultar a un médico para recibir tratamiento que pueda aliviar estos síntomas. La medicación adecuada puede ayudar a reducir la inflamación de las vías respiratorias y acelerar el proceso de recuperación, evitando un malestar prolongado que puede afectar la calidad de vida de los pacientes.”

Uno de los factores que contribuyen a este fenómeno es la baja tasa de vacunación. Muchas personas no se han vacunado, lo que facilita una mayor circulación de los virus. Esta situación se agrava en los espacios cerrados, como las salas de espera de los centros médicos, donde pacientes con diferentes niveles de inmunidad se exponen mutuamente sin las debidas medidas de protección, como el uso de barbijos.

Además de la vacunación, la prevención sigue siendo crucial. El uso de barbijo en pacientes con síntomas respiratorios es una medida sencilla pero eficaz para evitar la propagación de enfermedades. La pandemia nos enseñó la importancia de estas prácticas, pero parece que algunos de nosotros hemos olvidado rápidamente estas lecciones. Es recomendable volver a implementar estas precauciones para controlar la situación.

¿Por qué los síntomas duran más?Nuevas variantes: La constante evolución de los virus respiratorios puede generar cepas más agresivas o que provoquen síntomas más prolongados.
Baja inmunidad: La disminución en las tasas de vacunación y la exposición reducida a virus durante la pandemia podrían haber debilitado nuestro sistema inmunológico.
Coinfecciones: Es posible que muchas personas estén contrayendo varios virus al mismo tiempo, lo que complica la recuperación y prolonga los síntomas.
Inflamación crónica: Algunas infecciones virales pueden desencadenar procesos inflamatorios que persisten incluso después de que el virus haya desaparecido.

Una pregunta muy frecuente ¿El frío enferma?
Aunque el frío no es el culpable directo de los resfriados y la gripe, sí juega un papel importante. Cuando hace frío, tendemos a permanecer en espacios cerrados, lo que facilita la transmisión de virus. Además, el aire frío y seco puede irritar las vías respiratorias, haciéndolas más vulnerables a las infecciones. Por otra parte, hay virus que son más estacionales que otros, como el de la influenza, que provoca la gripe. Si bien esto se modificó un poco después de la pandemia, tradicionalmente la temporada alta de influenza se da entre mayo y agosto.

Es decir, si bien el frío propicia ciertas condiciones que favorecen el contagio, son los virus y las bacterias los que ocasionan las infecciones, y no el clima.

¿Cuánto puede demorar la recuperación total tras una infección respiratoria?
El tiempo para recuperarse completamente de una infección respiratoria varía. Los resfríos y la gripe suelen mejorar en aproximadamente una semana. La neumonía puede tardar entre una semana y 10 días en mejorar en personas sanas. Las personas mayores o con otras enfermedades pueden tardar más. La tos después de una infección (tos postinfecciosa) puede durar hasta 8 semanas. Es importante prestar atención a estos signos que podrían indicar que se necesita ver a un médico: tos que dura más de 8 semanas, sibilancia, ronquidos fuertes, dificultad para respirar, fiebre, pérdida de peso, sudoración nocturna.

“En casos de fiebre (definida como una temperatura superior a 37.5°C en al menos dos ocasiones o 38°C en una ocasión), que persiste por más de 48 a 72 horas, es prudente consultar a un médico. Las personas con diabetes, asma, EPOC o aquellas mayores de 65 años deben tener un control más temprano, dentro de las primeras 48 horas si la fiebre no mejora. En un adulto sano, se puede esperar

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