Otro delegado de la gestión de Julio Alak agrediendo a un trabajador. ¿Volverá a victimizarse como lo hizo el de Gorina, Manuel Rodríguez? para que un fiscal militante como Gonzalo Petit Bosnic, sea partícipe necesario de un modus operandi, funcional a la violencia de los punteros de Alak devenidos en administradores comunales. Por cierto, mientras leés esta nota, un referente peronista de Gorina, sigue preso por enfrentar a esta mafia político-judicial. Se llama Pablo González. Mirá la nota que verás tergiversada en la prensa militante K, donde sólo se escucha una campana, la del poder del ex ministro de (in)Justicia, Julio Alak.
DATO: ¿Qué apellido en Arturo Seguí, es famoso entre los vecinos por estar vinculado al cuatrerismo, a la usurpación de tierras y a la violencia política? Si el fiscal que interviene en esta causa, hace esa pregunta en el pueblo, todo el mundo la sabe.
Un empleado municipal presentó una denuncia en la Comisaría 12° de Villa Elisa, contra el delegado comunal de Arturo Seguí por agresión física y verbal en el marco de un incidente laboral ocurrido en esa localidad del norte platense. El denunciante, cuyo nombre se mantiene en reserva por motivos de seguridad, relató una serie de situaciones de violencia que tuvieron lugar durante su jornada laboral al servicio de la Delegación de Arturo Seguí
Según el testimonio del empleado, quien se desempeña como maquinista en la entidad municipal, el conflicto se desencadenó cuando intentaba retirarse del trabajo luego de cumplir sus obligaciones laborales establecidas. El denunciante afirmó que, a pesar de haber completado sus tareas asignadas, fue impedido de irse por el delegado de Arturo Seguí, identificado como CARBONE JUAN RAMON.
La situación se tornó aún más tensa cuando, según la denuncia presentada en la Justicia, el delegado comenzó a proferir insultos y amenazas contra el empleado, llegando incluso a desafiarlo a pelear. En un giro impactante, el denunciado se subió a la maquinaria en la que se encontraba el empleado, generando un altercado que culminó con el empleado siendo agredido con piedras por parte del delegado quien al querer subirse a la maquinaria para atacarlo se habría golpeado a sí mismo con la puerta produciéndose un corte a la altura de la ceja.
Afortunadamente, la intervención de otro empleado municipal evitó que la situación escalara aún más, permitiendo al denunciante retirarse del lugar sin mayores consecuencias físicas. Sin embargo, el empleado agredido ha manifestado su preocupación por posibles represalias y ha decidido iniciar acciones legales contra el delegado por los hechos ocurridos.
PREOCUPANTE
¿Acaso la acción responde a una estrategia sistemática de los delegados de Julio Alak para victimizarse? Esta vez ¿actuará algún fiscal militante y meterá preso al empleado municipal como ocurrió con el empleado Pablo González en Gorina, quien sigue detenido por orden del fiscal Gonzalo Petit Bosnic?