El vehículo a propulsión eléctrica con baterías de litio, que originalmente tenía un motor convencional, es el primero en su tipo en la Argentina y tiene una autonomía de 200 km.
Silencioso, sin vibraciones ni emisiones contaminantes, el colectivo 0 km ya está listo y solamente resta instalar la máquina lectora de tarjeta SUBE para habilitar su circulación como transporte público. En este sentido, los responsables adelantaron que pronto la nueva unidad estará transitando por las calles de la ciudad como parte del servicio de la línea universitaria. La expectativa está puesta ahora en replicar la experiencia y sumar cada vez más micros al sistema urbano.
El acto de presentación oficial tuvo lugar en la sede de la empresa Nueve de Julio SAT, y contó con la presencia del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Daniel Filmus; el decano de la Facultad de Ingeniería y director del Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA-UNLP), Marcos Actis; el vicepresidente de la UNLP, Fernando Tauber; el ministro de transporte de la Provincia, Jorge D’Onofrio; el director Ejecutivo de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CRNT), José Ramón Arteaga; el presidente de Empresa Nueve de Julio Walter Mastropietro; y el director Nacional del Fondo Tecnológico Argentino, Alejandro Primbas; entre otros funcionarios y autoridades.
El proyecto de reconversión, que se inició en tiempos de pandemia, se llevó adelante con recursos propios del CTA-UNLP y de la empresa de transporte. Además contó con financiamiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología, en el marco del Contrato de Fortalecimiento de la Innovación Tecnológica a través del Aporte no Reembolsable (ANR) Asociativo “Movilidad Eléctrica”, otorgado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación.
La presentación en sociedad del flamante micro eléctrico representa además la importancia de la vinculación Universidad y empresa; el resultado exitoso de articular el sector público con el privado, en este caso orientado al desarrollo de la electromovilidad y, específicamente, aplicado al transporte público de pasajeros.
“Este proyecto de reconversión de un colectivo convencional a movilidad eléctrica propulsado con baterías de litio supone contribuir a la generación de valor agregado en el país, promueve la capacitación de recursos humanos y la creación de mano de obra local con un alto expertise, la utilización de materiales nacionales y el desarrollo de las bases de la ingeniería para la innovación tecnológica”, sostuvo el decano Marcos Actis.
“La Universidad aporta conocimientos, el insumo fundamental para que los pueblos se desarrollen. Nosotros vamos en ese camino, queremos comprar menos y producir más. Por eso, esta alianza estratégica entre las universidades, el gobierno y un empresariado comprometido con nuestro pueblo es la sinergia que necesitamos para los años venideros”, agregó por su parte el vicepresidente Fernando Tauber.
Para el ministro de Ciencia, Daniel Filmus: “el mercado global cada vez nos exige más condiciones para poder competir, muchas vinculadas al cuidado del medioambiente. Nosotros trabajamos con una mirada en el futuro, estratégicamente, con esa perspectiva”.
Y añadió: “con la UNLP compartimos muchos proyectos que son un ejemplo en materia de transferencia del conocimiento al servicio de la mejora calidad de vida del pueblo”.
El titular de la cartera nacional concluyó que “es imprescindible que nosotros desarrollemos nuestro propio conocimiento en pos del bienestar, y este proyecto es un ejemplo de articulación público-privado, de cómo trabajar para construir el mejor futuro de nuestro país”.
En tanto, el presidente de la empresa Nueve de Julio, Walter Mastropietro, expresó que “la movilidad eléctrica cuenta con una serie de ventajas entre las cuales además de producir cero emisiones, reducen considerablemente el nivel de ruido, por lo que disminuye la contaminación sonora, colaborando a generar un escenario más amigable tanto con la sociedad como con el medioambiente”.
Reconversión en el Centro Tecnológico Aeroespacial
En la Facultad de Ingeniería los trabajos se llevaron adelante en las instalaciones del Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA-UNLP). Participaron del proyecto los ingenieros Alejandro Patanella (aeronáutico), Guillermo Garaventta (electrónico) y Bautista Nebbia (electromecánico), además de los estudiantes de Ingeniería Electromecánica Javier Eguren, Juan Pablo Ane, Juan Ignacio Cuenca y Francisco Tiberi. También el técnico electromecánico y estudiante de Ingeniería Electrónica Alejandro Epifanio.
“Para la reconversión del micro se sacó todo el sistema de propulsión a combustión, motor, tanque de combustible y sistemas de refrigeración. Se dejó la instalación eléctrica original y la instalación del sistema neumático, encargada de los frenos y la suspensión. Se le colocó la batería, el motor y un nuevo compresor, entre otras modificaciones”, detalló Javier Eguren.
El estudiante agregó que los técnicos de la Nueve de Julio tuvieron como desafío “adaptar el compresor nuevo para el sistema de neumáticos, acomodar la instalación eléctrica para que se lleven bien los dos sistemas (el nuevo y el de fábrica) y que puedan coexistir en el coche. Además, que funcionen bien todas las alertas y luces, y la transmisión, que es lo que transmite la potencia del motor hacia las ruedas”.
Por su parte, el técnico electromecánico Alejandro Epifanio destacó que durante las pruebas realizadas con el colectivo eléctrico en funcionamiento fue muy notable el contraste con un micro de combustión en relación al ruido. “Advertimos que nadie levantaba la voz para hablar”, aseguró.
En ese sentido, de acuerdo a las mediciones realizadas sobre el nivel del ruido en el coche eléctrico se registraron 66 decibeles en promedio, que es considerado como el ruido ambiente, mientras que en un coche a combustión se llega a los 87 decibeles, lo que resulta perjudicial para el ser humano. Por lo tanto, será beneficioso para los choferes quienes, diariamente, se ven expuestos a altos niveles en los micros convencionales.
Otra de las ventajas tiene que ver con la ausencia de vibraciones en los micros eléctricos. “El ser humano tiene un límite máximo de vibraciones diarias que puede soportar y un chofer de colectivo supera los límites. Absorbe muchas vibraciones con su cuerpo propias del motor. En cambio, en un coche eléctrico estas vibraciones no existen porque tiene sólo una pieza móvil que es el rotor y no vibra. Entonces para el chofer y para los ocupantes es un viaje mucho más placentero y mucho menos perjudicial”, expresó Eguren.
Respecto a la autonomía, un coche a combustión normal en un ciclo de trabajo de 8 horas puede hacer hasta 200 km. Con el coche eléctrico se llegó a los 198 km en promedio de autonomía total. Y en cuanto al tiempo de carga de la batería, con un cargador de 40 kW se puede realizar entre 4 y 6 horas.
Epifanio y los estudiantes Juan Ignacio Cuenca y Francisco Tiberi resaltaron la posibilidad que les brindó la Facultad de poder participar de un proyecto de vanguardia y poner en práctica lo aprendido en la carrera. Y agradecieron a los ingenieros Guillermo Garaventta, Alejandro Patanella y Marcos Actis por aportar su experiencia y trabajar en la formación de recursos humanos.
Cabe recordar que la Facultad de Ingeniería y la empresa realizaron un primer prototipo de micro eléctrico en diciembre del 2020, que llegaba a recorrer hasta 60 kilómetros. El modelo actual, con la experiencia acumulada, logró perfeccionarse.
Durante la presentación también se realizó la firma de un convenio entre la distribuidora de energía Edelap y la Empresa Nueve de Julio para iniciar análisis técnicos, de suministro y anticiparse a los nuevos desafíos relacionados con la movilidad sostenible.
Con la reconversión del colectivo se logró una evaluación de factibilidad técnica y económica, así como también permitió visualizar las diversas necesidades de la legislación actual para permitir la circulación de este tipo de vehículos en el territorio provincial. En este aspecto, se avanza en la electromovilidad planteando de esta manera las bases para comenzar su reformulación y adaptándolas a los tiempos actuales.
En vista de ello, se realizó la firma de un Acta Compromiso en el año 2020 para iniciar la elaboración de normativas junto con la Comisión Nacional de Regulación del Transporte representada por José Ramon Arteaga, la Secretaría de Transporte de la Provincia de Buenos Aires, representada por Alejo Supply, el decano de Ingeniería, Marcos Actis, y el presidente de Empresa Nueve de Julio Walter Mastropietro.