Manos coloradas y liberales se unieron para acortar tiempos democráticos y generar una luz de alarma en las democracias progresistas de latinoamérica. La UNASUR informó que no reconocerá al gobierno del vicepresidente Franco y en el mismo sentido, varios mandatarios latinoaméricanos expresaron su preocupación por lo acontecido en Paraguay.
Fernando Lugo, en un breve pero emotivo discurso, aceptó su desplazamiento y pidió que no se derrame la sangre de los justos en el vecino país.