 Los rumores de pago desdoblado del SAC (sueldo anual complementario) y la emisión de bonos o también llamados "Patacones" -que trajeran a la memoria del inconsciente colectivo la crisis financiera que vivieramos los argentinos en los años 2001 y 2002- han encendido la luz de alerta entre la gente de a pie, quien ya mira con desconfianza cualquier declaración de funcionarios al respecto.
Los rumores de pago desdoblado del SAC (sueldo anual complementario) y la emisión de bonos o también llamados "Patacones" -que trajeran a la memoria del inconsciente colectivo la crisis financiera que vivieramos los argentinos en los años 2001 y 2002- han encendido la luz de alerta entre la gente de a pie, quien ya mira con desconfianza cualquier declaración de funcionarios al respecto.No obstante, el gobierno de Scioli busca mecanismos de salvataje desde la Nación para dar un poco de oxígeno a la crisis financiera que atraviesa la provincia, aunque diferencias políticas hacen que la misma sea de difícil acceso.
El caso de la emisión de cuasi moneda, si bien hay entendidos que la descartan, ha trascendido en los medios de difusión que no estarían dadas las condiciones legales y técnicas para implementar ese medio de pago.
No solo la Provincia
Desde Nación, buscan evitar la fuga de capitales, para ello se hicieron revisar todos los automóviles que cruzaban a Uruguay, por perros entrenados en olfato de dólares. Los fantasmas de crisis económicas, hace sonar la alerta roja y la gente busca preservarse de que se le hechen mano a sus ahorros.
La Presidente Cristina Fernández de Kirchner reclamó a los argentinos que no compren moneda extranjera ya que "le va a ir mal en el cambio". Esto se da en un marco cambiario oficial (con un valor más bajo) y otro más alto al que los más glamorosos llaman "blue" pero que no deja de ser un mercado paralelo e informal. Alternativamente, el gobierno busca enfriar la economía para frenar la inflación, todo esto en un contexto muy volátil.
Con este cuadro de situación, sin caer en análisis agoreros, la preocupación crece y el nerviosismo parece estar dentro de una olla a presión que puede reventar en cualquier momento.

