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| Daños causados por el colapso del techo de un edificio en Buenos Aires |
Con la muerte de un gendarme se elevan a cinco los muertos en la Ciudad de Buenos Aires. Esta víctima se suma a las tres personas fallecidas en Barracas y a la de Flores.
En tanto en la provincia confirmaron que son 11 las víctimas fatales: cuatro en Moreno, dos en Haedo, uno en Isidro Casanova, uno en Florencia Varela, uno en Avellaneda y la joven de 21 años en Gonnet.
Dieciséis personas fallecieron en la región metropolitana y en las adyacencias de La Plata, la capital provincial, informaron responsables de Defensa Civil de los distintos distritos.
También indicaron que al menos 20 personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad, y otras 500 resultaron evacuadas, al tiempo que anoche proseguían los cortes de luz en distintas áreas del Gran Buenos Aires, 24 horas después del temporal.
En La Plata, se registró la caída de un hangar en el aeroclub de esta ciudad ocasionando daños significativos a las aeronaves que se encontraban en el lugar.
En Ensenada, el intendente Mario Secco, calificó como devastado al territorio del cual es jefe comunal. En tanto, en Punta Lara, el club Cambaceres sufrió la caída de parte de su estructura edilicia.
En un territorio en el cual la gente está acostumbrada a las contingencias del clima, como lo es Ensenada, deja a las claras que la población en general no se encuentra preparada para afrontar estas circunstancias climáticas poco frecuentes en nuestra región.
Especialistas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) evaluarán a partir de la semana próxima si fue un tornado la violenta tormenta, a partir de los daños causados por el temporal.
El titular del SMN, Héctor Ciappesone, sostuvo que en ese encuentro se constará "si los daños fueron circulares", lo que comprobaría el paso de un tornado.
Un efectivo de Gendarmería falleció cuando la garita en la que se encontraba de guardia fue arrollada por la tormenta.
Tres fallecidos, entre ellos un chico de 14 años, eran habitantes de la villa 21 del barrio porteño de Barracas. Fueron aplastados por el derrumbe del techo de las viviendas, a causa de ráfagas que llegaron a los 110 kilómetros por hora y dejaron escenas extraídas de una película de catástrofe.
En tanto, una joven de 21 años murió al caerle encima un añejo eucalipto en nuestra localidad y corrió la misma suerte de una mujer de 52 en Avellaneda.
En la ciudad de Santa Fe, un joven murió junto a su perro, al ser electrocutado por un cable caído horas antes.
En Isidro Casanova, un hombre murió al ser aplastado por una medianera que incluía varias vigas cuando caminaba por Los Incas y Brigadier General Juan Manuel de Rosas (Ruta 3), cerca del Hospital Paroissien, informaron bomberos voluntarios del cuartel local.
En Florencio Varela una persona murió al caerle una pared encima en el barrio La Colorada, mientras que otras nueve personas resultaron heridas.
Por otro lado, otras tres personas, una de ellas electocutada, murieron en el distrito de Moreno, uno de los más castigados por el fenómeno climático.
Las consecuencias del temporal se sintieron en el transporte, con varios servicios ferroviarios interrumpidos, seccionados o demorados, mientras que se transformó en caótica la circulación de colectivos y automóviles particulares en varios puntos de la zona metropolitana, por la generalizada caída y destrozo de árboles y postes.
Las calles y vías también se vieron entorpecidas por techos, chapas y carteles publicitarios volados por las ráfagas.
En la Capital Federal, de acuerdo al ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, "cayeron unos 500 árboles".
El servicio de trenes del ferrocarril Roca quedó interrumpido por falta de energía eléctrico, mientras que tampoco circulaba el Belgrano Sur, el Sarmiento tenía un servicio limitado hasta Haedo y el Mitre sufría demoras.
No obstante, los peores destrozos se registraron en la zona oeste, además de en Moreno, en Ituzaingó, Morón y las localidades de Ramos Mejía y Lomas del Mirador, en La Matanza, por donde el temporal ingresó con más fuerza para luego abatirse con violencia sobre Liniers, Mataderos, Flores, Villa Soldati y Barracas.
El distrito de Ituzaingó fue otro de los más castigados con un corte generalizado de suministro de electricidad que se prolongó durante esta jornada, destrozos que llegaron al propio edificio municipal y problemas con el suministro de agua.
Los destrozos llegaron a afectar a varias estaciones de trenes de la zona oeste, cuyas vías quedaron pobladas por restos de chapas y maderas.
El viento también destrozó los tinglados de varias estaciones de servicios.
Dos de los establecimientos, de marcas Shell e YPF, situados en Lomas del Mirador, sufrieron el derrumbe total de sus tinglados, lo que provocó daños en varios vehículos y que tres personas resultaran heridas.
"Nos abrazamos y nos pusimos a llorar porque esperamos cualquier cosa", contó un empleado de la estación GNC YPF que junto a compañeros de trabajo se refugió en una pequeña oficina para resguardarse de la furia natural.
En Claypole, cerca del barrio Don Orione, diez personas resultaron heridas cuando se derrumbó una iglesia.
El temporal destrozó varias instalaciones deportivas, entre ellas el estadio de Deportivo Morón, donde derribó todas las torres de iluminación.
La tormenta causó importantes daños en predios deportivos como el de San Lorenzo, en el Bajo Flores, "La Quemita", perteneciente a Huracán, y situado en Villa Soldati, en las instalaciones de Barracas Central.
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