"Mi compañero trabajó allí durante 4 meses y yo durante 2. A ambos nos quedaron debiendo parte del sueldo. La situación no fue aislada: otros compañeros de cocina también tenían sueldos impagos, en algunos casos superiores al millón de pesos.
Por los testimonios de empleados anteriores, esta problemática se repite desde la apertura del restaurante. No solo afectó al personal de cocina, sino también a camareros, camareras, personal de barra y cajeros.
La deuda e irresponsabilidad de la administración no se limitaba a los trabajadores: también mantenían compromisos incumplidos con proveedores de carne y verdura, alquileres del local y electricidad (con conexiones irregulares, estaban enganchados). A esto se sumaban graves problemas de higiene, con falta de conservación adecuada de carnes, lácteos, verduras y refrigerios.
El gremio nunca estuvo al tanto de la situación, porque todos trabajamos en negro. Por esa razón, la mayoría de los empleados nos vimos forzados a renunciar. A pesar de todo, los responsables del bodegón La Cantilo se niegan a entregar la liquidación que corresponde y que tendrían que haber pagado días después de irnos".
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