Reflexión sobre los disturbios en el Tren Sarmiento
Los recientes disturbios en la estación Merlo del Tren Sarmiento, donde dos grupos rivales se enfrentaron violentamente, nos invitan a reflexionar sobre la dicotomía entre civilización y barbarie que Domingo Faustino Sarmiento expone en su obra “Civilización y Barbarie”. Este incidente, que resultó en 11 detenidos y el uso de objetos contundentes como palos y martillos, es un claro ejemplo de cómo la falta de orden y respeto por las normas puede llevar al caos y la violencia. Ahora se suman más incidentes entre pasajeros de ese ferrocarril.
Sarmiento, en su obra, describe la lucha constante entre la civilización, representada por el orden, el progreso y la educación, y la barbarie, caracterizada por el desorden, la violencia y la ignorancia. Los disturbios en el Tren Sarmiento reflejan esta lucha, mostrando cómo la ausencia de valores cívicos y la falta de educación pueden desencadenar comportamientos violentos y destructivos.
La educación, según Sarmiento, es el pilar fundamental para alcanzar la civilización. En este contexto, es crucial reflexionar sobre cómo una mayor inversión en educación y formación en valores cívicos podría prevenir futuros conflictos. La educación no solo proporciona conocimientos, sino que también inculca el respeto por las normas y la convivencia pacífica.
Además, el rol del Estado y la autoridad es esencial para mantener el orden y la seguridad pública. La intervención de la policía en este incidente subraya la importancia de un Estado fuerte y presente que pueda imponer el orden y proteger a los ciudadanos. Sin
embargo, también es necesario que las autoridades trabajen en conjunto con la comunidad para fomentar un ambiente de respeto y cooperación.Finalmente, es importante considerar el impacto de estos actos de violencia en la sociedad. Los disturbios generan miedo e inseguridad, afectando la calidad de vida de todos los ciudadanos. Contrasta fuertemente con la visión de una sociedad civilizada y ordenada que Sarmiento promovía, donde el progreso y la paz son posibles gracias al esfuerzo conjunto de todos sus miembros.
En conclusión, los disturbios en el Tren Sarmiento nos recuerdan la importancia de la educación, el rol del Estado y la necesidad de trabajar juntos para construir una sociedad más civilizada y ordenada. Solo a través del respeto mutuo y la cooperación podremos superar la barbarie y alcanzar el ideal de civilización que Sarmiento soñaba.