
No bailamos sobre los muertos, no hay muertos de primera ni de segunda. La muerte de un trabajador cooperativista enluta a Hernández y tras las graves acusaciones de su viuda los indicados como responsables debieran al menos dejar la soberbia y brindar su versión de lo sucedido. Porque las gestiones pasan pero el pueblo y la memoria quedan. Nuestro repudio, como lo hicimos alguna vez cuando se gastaban fortunas con grandes artistas para tapar la memoria colectiva del pueblo.
Cuando un político se aisla de la gente, tarde o temprano, se alejará del poder.