Por Marcelo Carlos Romero -
Fiscal del Ministerio Público - Miembro de Usina de Justicia
Foto: La Nación |
El ex Juez de la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina y actual magistrado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, lo hizo de nuevo.
El gurú del penalismo argentino no puede permanecer callado. No soporta estar ausente de la vidriera política cotidiana... El, como sea y donde sea, habla, habla y habla.
No importa que, con sus expresiones públicas, adelante opinión sobre eventuales puntos a decidir en una controversia en la que le toque actuar como juez internacional y que sea motivo de recusación con causa.
Cuando ocupaba su sillón de juez supremo de la República Argentina, emitía permanentemnte opiniones sobre política criminal en general y sobre casos judiciales en particular... También es cierto que nunca nadie se atrevió a recusarlo por estos motivos.
Ahora, ha optado por convertirse o -mejor dicho- reconocerse como un militante kirchnerista, que opina desde lo alto del Olimpo de un Tribunal Supranacional.
Como buen gurú, opina de todo: del actual presidente argentino, de las medidas económicas del nuevo gobierno, de la alternancia política que, según él, es la suplantación del sistema republicano, el
caos institucional, de las fuerzas de seguridad y hasta de la detención de Milagro Sala..!
(Ver La Nación: http://www.lanacion.com.ar/1867851-zaffaroni-macri-va-a-lograr-la-pobreza-cero-matando-de-hambre-a-los-pobres)
Evidentemente, Su Excelencia, Su Eminencia, el más grande de los penalistas argentinos, según sus embobados alumnos de la UBA, ha olvidado el gigantesco y tal vez irreparable daño producido al Derecho Penal Argentino, merced a la pseudo-doctrina abolicionista por él sostenida y por miles seguida y admirada.
Tal vez padezca de una disociación mental que le impide verse como el gran responsable de una dogmática penal argentina absurda y esquizofrénica, donde el victimario es la víctima y la víctima el victimario...
Se necesita un psiquiatra, y de los buenos!!!