Todo el drama, pero también la solidaridad popular y la abnegación de los docentes se conjugaron hoy en una escuelita de Tolosa, en el partido de La Plata, que se convirtió en el refugio cálido y seco de familias castigadas por la inundación.
La escuela 87, Juan Zorrilla de San Martín, en la calle 520, entre 5 y 6, fue escenario de actitudes y emociones que se reprodujeron en cada uno de los 35 centros de emergencia, que recibieron más de 3000 evacuados.
"Llegué a la escuela a las 10 y estaba inundada. Limpiamos con nuestros docentes y alrededor del mediodía empezamos a recibir gente", dice Marcela Lascano, transpirada, con el cabello desaliñado, en ojotas y delantal de cocina, en medio de una jornada muy diferente a sus habituales funciones de directora.
La escuela-refugio está en un barrio residencial, de casas bajas, a pocas cuadras de uno de los sectores más castigados de la periferia platense. Consta de diez aulas y cuenta con 350 alumnos, que hoy, obviamente, no tuvieron clase.
"Vino gente con frío, hambre, que pasó la noche afuera, en la calle. Recibimos a unas 30 personas de la zona, incluidos niños, abuelos, muchas familias", comentó la directora.
Las personas refugiadas, acongojadas a tal punto que ni querían hablar, fueron acomodadas en una de las aulas, con sillas, donde pudieron tomar té, café, mate y comer algo. Y ya disponían de ropa seca.
Alguno se sumó más tarde, como un hombre de unos 70 años, que llegó con un pantalón de "jogging" empapado hasta los muslos, y tomándose el brazo con un gesto de dolor.
Un foco de nerviosismo y angustia era la puerta del establecimiento, al que gente desesperada se acercaba a preguntar por familiares perdidos.
Atendía las ansiosas consultas Diego, de treinta y pico, docente de otra escuela sin actividad porque estaba anegada, que se sumó voluntariamente a ésta y trabajaba en registrar las personas refugiadas.
"Vino gente preguntando y hubo algunos reencuentros emotivos, y algunos se fueron con sus familiares. Tomé los datos de todos porque la Policía y la Municipalidad necesitan saber quiénes son los evacuados y quiénes están desaparecidos", explicó.
Otro aporte solidario lo hacían las hermanas Adriana y Marcela, que viven enfrente de la escuela.
"Vinimos para ver qué necesitaban y no nos fuimos más".
Adriana y Marcela
"Vinimos para ver qué necesitaban y no nos fuimos más. Estamos desde el mediodía recibiendo donaciones de la gente que trae comida y ropa. Estamos tratando de organizar las donaciones y ayudar a los docentes", comentó Marcela.
Su hermana destacó "la solidaridad de la gente de La Plata: hemos recibido un montón de cosas" de manera espontánea.
Por su parte, la directora también agradeció "la solidaridad de los vecinos que se acercaron para entregarnos ropa, mercadería, agua, muy importante porque aquí hay luz pero no agua", avisó.
En cuanto al funcionamiento habitual del establecimiento, Lascano esperaba instrucciones de los inspectores para ver si mañana habrá clases, pero adelantó que si sigue lloviendo, las personas acogidas iban a poder dormir allí.
Una de las evacuadas era Inés, de unos sesenta años, quien relató que "a las 8 de la noche, empezó a subir el agua y se inundó todo; tuvimos que salir afuera porque nos ahogábamos en nuestra propia casa".
La mujer dijo que toda la familia, incluidos seis nietos de entre 2 y 12 años, uno de ellos discapacitado, estuvo a la intemperie hasta que "a las tres y media de la mañana empezó a venir el agua de atrás (de la creciente del arroyo El Gato), que parecían las olas de Mar del Plata", describió.
"Pude sacar a los nietos y pasaron la noche en el techo. Yo dormí en la casa de una vecina con terreno más alto que el mío y los hombres estuvieron vigilando la casa. Mi nuera durmió en un pedacito de alero del techo del vecino", comentó.
Refirió además que en su cuadra "no se podía cruzar la calle porque te llevaba el agua; a mi sobrino casi se lo lleva el agua porque quiso cruzar para ayudar a una persona de enfrente".
José, esposo de Inés, dijo que la única ayuda disponible en un primer momento fue la que se proporcionaron los propios vecinos. "Los rescatistas sacaron a los chicos del techo y de allí nos llevaron a todos a la placita Once. Ahí los vecinos nos dieron té, café, leche, galletitas, torta, porque estábamos sin comer. Luego vino un patrullero y preguntó si queríamos ir al centro de evacuados porque estábamos muertos de frío. Aquí estamos", relató.
Inés y José tienen pocas esperanzas respecto del estado en que quedará su casa.
"Hemos visto lluvias así pero nunca de esta magnitud. Hubo una anterior hace diez años y ahí el agua nos llegó hasta las rodillas pero no perdimos todo como ahora", dijo la mujer, compungida.
CENTROS DE EVACUADOS
Club Juventud de City Bell, las escuelas 124 (calle 522 y 118), 29 (25 y 526), 60 (2 bis y 515), 125 (82 y 116) y las ubicadas en 10 bis, 512 y 513, 116 y 32 y 9 entre 47 y 48.
El Centro de Fomento Los Hornos (137 entre 60 y 61), Abuelos Aeropuerto (4 entre 611 y 612), Bomberos Voluntarios (116 y 62), Poli San Lorenzo (81 entre 20 y 21), Alumni LH (71 y 143) y San Martín (145 y 58).
Además Tricolores Villa Elvira (94 entre 4 y 5), Delegación Hernández (22 entre 517 y 517 bis), Delegación San Carlos (137 y 32), Escuela Villa Elvira (82 y 116), Club San Martín Los Hornos (60 entre 144 y 145) y Club El Cruce (523 entre 14 y 15).
También al Comedor El Ensueño (23 y 517 bis), Club La Granja (142 y 520), El Malvinense (149 entre 35 y 36), El Cruce (514 y 15), Delegación Los Hornos 137 y 65, Comedor Chaira (149 entre 35 y 36), Club Chacarita Platense (30 entre 73 y 74) y el Centro CIC (46 y 158).
Por último, los evacuados pueden dirigirse a Calle 2 bis y 520 bis, Tolosa Escuela (25 y 526), Tolosa (7 y 523), Por un Mundo Mejor (99 entre 119 y 120), Aníbal Verón (39 y 151) y 33 Av. 52 y 149 (Defensa Civil).
PARA EMERGENCIAS TAMBIÉN PUEDEN COMUNICARSE AL 0800 999 5959.
Fuente: Télam
