
“Anoche habló con la mamá de mi hijo, que había sido operado, y le dijo que lo iría a visitar y lo mismo le dijo a mi mamá. Eran las diez y media. Nunca llegó a destino y desde las once que llamamos a su celular y da directamente el contestador”, cuenta Gastón, hijo del testigo. Alfonso Severo es un ferroviario, trabajador de Ferrobaires -con sede en Constitución- que fue desalojado de su puesto de trabajo en Mantenimiento por una patota armada en 2009. El acontecimiento fue una de las primeras muestras de la degradación violenta que había copado el ferrocarril. Severo partió de su hogar a bordo de un Renault Clío negro placa HGA-137.
“Recorrimos hospitales e hicimos denuncias en las comisarías 4° y 6° de Avellaneda, incluso recorrimos con un patrullero el trayecto hasta la casa de mi hijo para ver si había algún rastro, pero no encontramos nada -continúa Gastón-. A la tarde lo habían llamado al celular y se escuchaba el sonido de la tele y de una radio, según me contó. ‘¿Qué se piensan, que me van a intimidar?’, me dijo “.
El testimonio de Alfonso Severo cobra vital importancia en este tramo del juicio que se desarrolla en Comodoro Py. Este cronista se entrevistó recientemente con Severo para recabar datos sobre los posibles vínculos de la patota de Constitución con Favale y la trama que envuelve el destino de las armas que se usaron en el ataque que costó la vida a Mariano Ferreyra e hirió gravemente a Elsa Rodríguez. El testigo conoce de primera mano los vínculos entre las patotas delictivas de Constitución y la dirección sindical de la Unión Ferroviaria.
Aparece en Gerli el auto del testigo desaparecido
El auto de Alfonso Severo, el testigo que hoy debía declarar en el juicio por el crimen del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra y se encuentra desaparecido desde ayer, fue hallado en la localidad bonaerense de Gerli, partido de Avellaneda, informaron fuentes policiales.
El auto, un Renault Clío patente HGA 137, fue encontrado abandonado y con la llave colocada en el pasaje Angaco 1536 de esa localidad del sur del conurbano, donde se preservó el lugar para el trabajo de la Policía Científica.
Gastón Severo, hijo del testigo, afirmó que a su padre “alguien lo secuestró” y consideró que “se lo llevaron”.
AnRed
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