Cuidado con hacer llorar a una mujer...
Pues Dios cuenta sus lágrimas.
La mujer salió de la costilla del hombre,
no de los pies para ser pisoteada;
ni de la cabeza, para ser superior.
Si no de su costado, para ser igual;
debajo del brazo, para ser protegida
y al lado del corazón para ser amada.