
Cabe recordar que la esterilización temprana de perros y gatos evita que nazcan crías indeseadas. Por lo tanto, disminuye la población de animales callejeros y la transmisión de enfermedades parasitarias.
Un animal castrado lleva una vida cien por ciento normal, pero además no corre riesgo de contraer enfermedades en sus órganos reproductores (tumores, quistes u otras); no pelea con otros animales por su territorio o alguna hembra; se vuelve más hogareño, cariñoso y sociable y se torna mas limpio.
En cuanto a la vacunación, la aplicación de la vacuna antirrábica es obligatoria una vez al año (Ley provincial 8056), a partir de los tres meses de edad de la mascota.