Nota Publicada por Página 12, en el día de la fecha:
Opinión: Por Carlos Rozanski *
En septiembre del año pasado, un tribunal penal de La Plata condenó a 14 años de prisión a un ingeniero por abusar sexualmente de sus dos hijos de 5 y 6 años de edad. Hace pocos días, dos jueces de la Cámara Penal de la misma ciudad decidieron beneficiar al violador preso y otorgarle la prisión domiciliaria, dándole además permiso para salir a trabajar en una empresa de La Plata. El fallo se basó en lo esencial en que el ingeniero es un “buen vecino”, que les causó “buena impresión” y hubo una presentación con 714 firmas, presumiblemente de vecinos tan buenos como él, los que, según los jueces, se convierten en “garantes” de que el hombre se presente cada vez que sea requerido, y eso demuestra que se trata de “una persona querida y apreciada en el ámbito social en el que se desenvuelve”.
El abuso sexual infantil es uno de los delitos más graves que puede cometer una persona. En la mayoría de los casos, los abusadores son familiares o personas cercanas a los niños que son “apreciados en el ámbito social en el que se desenvuelven”. Eso hace que los abusos en general sean continuados en el tiempo, con el agravante de que las víctimas están unidas a sus abusadores por algún vínculo afectivo. Esas características generan un daño imposible de medir en la mente y el cuerpo de las criaturas, a quienes el victimario priva no sólo de un despertar sexual normal sino, además, a quienes somete a una tortura que comienza en el primer abuso y continúa a veces a lo largo de toda su vida. La posibilidad de elaborar esos traumas y acceder paulatinamente a una existencia feliz, si bien es muy difícil, no es imposible. Hay factores que van a contribuir para un mejor pronóstico, y que son una intervención oportuna, especializada y respetuosa de parte de la Justicia, un acompañamiento terapéutico de las criaturas víctimas y también la contención hacia quienes las han ayudado, en general madres no abusadoras, docentes y vecinos. En sentido contrario, hay factores que lejos de ayudar a las víctimas, las alejan de la posibilidad de un futuro mejor. El principal, sin duda, es la mala justicia. Son aquellos jueces representantes de la peor ideología que un funcionario puede sustentar, los que realizan un aporte esencial para el mantenimiento de los mitos, prejuicios y estereotipos de género y edad, que siempre rodean casos como el del buen vecino de City Bell. Son los que miran con unos ojos a los acusados de piel clara y con otros a los de piel oscura y, finalmente, desarrollan ante hipótesis similares, mecanismos de razonamiento distintos. Eso se llama “doble estándar” y es la forma más sofisticada de discriminar con apariencia legal y de perpetuar, entre otras cosas, la impunidad del abuso sexual infantil. Semejante despropósito deja a las víctimas expuestas no sólo a las presiones de su abusador en libertad, sino que además las obliga a la destructiva tarea de no sentirse culpables. De tratar de entender algún día, por qué si ellas sienten que fueron tan dañadas, muchos vecinos creen –como en este caso– que su papá es tan bueno. La historia del abuso demuestra que a veces no alcanza una vida para semejantes elaboraciones, salvo que como parece insinuarse los restantes vecinos del lugar, muchísimos más por cierto, puedan expresarse descalificando a aquellos que por ignorancia o identificación de clase se atrevieron a avalar semejante monstruosidad.
Es útil recordar a Eric Priebke, un nazi que había matado de propia mano hombres, mujeres y niños en la Italia de la Segunda Guerra Mundial. Descubierto hace años viviendo en Bariloche, se lo detuvo, juzgó y condenó en Italia. Desde el primer momento de la noticia, algunos habitantes de esa hermosa ciudad tuvieron la misma reacción que los de City Bell. Las palabras fueron las mismas, “Eric es un buen vecino”. El resto de la sociedad dijo lo contrario y lo propio hizo el Estado argentino que lo extraditó y los jueces italianos que lo condenaron a prisión perpetua.
Siempre van a existir ciudadanos que firmen a favor de un violador de clase alta, lo esperable es que cada vez sean menos y que haya muchos otros que puedan alzar su voz para diferenciarse y reclamar justicia. Nuestro país ha avanzado más que muchos otros en la investigación y mejora de la intervención en casos de abuso sexual infantil, adulto y trata de personas. El caso del ingeniero pone una vez más en alerta a las organizaciones sociales que trabajan en el tema y al propio Estado, que a través de los mecanismos legales del Poder Judicial deberá mostrar a la sociedad que la mayoría de sus jueces no aprueba el desamparo de los niños víctimas. Charly García hace décadas anunció que los dinosaurios van a desaparecer y a mi entender están desapareciendo, aunque todavía queden algunos sueltos por La Plata o City Bell.
* Juez del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-166543-2011-04-19.html
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Nota publicada por La Nación, en el día de la fecha:
Pensamientos incorrectos
El país de los locos
Por Rolando Hanglin
La semana pasada, vino a verme el señor González.
Traía una gran carpeta con el original de su novela El país de los locos. Quería conocer mi opinión. Al ver que era un volumen de muchas páginas, le rogué que me hiciera el resumen del contenido. Respondió lo siguiente:
- Es una historia surrealista, fantasiosa, de una nación donde todos se van volviendo locos. Al principio, de a poquito, y luego a toda máquina. Los protagonistas de esta historia son Shock y el Dentista. Shock es un muchacho que asesinó a su padre y a su madre. La justicia lo condena a cadena perpetua, pero en este país lo perpetuo dura poco tiempo, de modo que Shock sale en libertad. En la cárcel, donde algunos presos son violados por otros presos, algunos se amotinan, otros se convierten en criminales aún peores, en cambio hay también presos que estudian carreras universitarias. Es el caso de Shock, que se recibe de abogado. Una vez excarcelado, asume el comando de una organización llamada "Las Madres", que agrupa a unas señoras cuyos hijos han sido secuestrados y asesinados por una dictadura, 35 años atrás. Justamente, Shock viene a resultar el coordinador o gerente general de "Las Madres". ¿No le parece genial?
También está el Dentista. Este hombre es un odontólogo de la Plata, tímido y silencioso. Pero un día tiene un acceso de furia, o algo, y agarra una escopeta. Asesina a sus dos hijas, su mujer y su suegra, que vivían con él en su casa. También le dan cadena perpetua, pero ya le expliqué lo que pasa en este país con lo perpetuo. Durante sus años de cárcel se pone de novio con una señora llamada Pochi. Luego sale en libertad con su correspondiente título universitario. En este caso, el Dentista se ha recibido de director técnico de fútbol, y sueña con ser el entrenador de su adorado equipo, Estudiantes de La Plata. El Dentista pasea por las calles de su ciudad y la gente le grita: ¡Idolo, maestro, genio!. Se ha hecho muy popular. ¿No le parece increíble, Rolando?
Toda la novela está mechada de pequeñas historias. Por ejemplo: un ingeniero viola a sus dos hijos de 5 y 6 años. Lo condenan a 14 años de prisión, pero le conceden la libertad bajo palabra porque el ingeniero presenta el testimonio de 714 familiares, amigos y compañeros de trabajo, quienes afirman que es buen tipo.
En otro pasaje de la novela aparece una chica, Laura, que es la revelación teatral del año. Pero no se trata de una mocosita, como podría creerse por lo de "revelación", sino de una mujer hecha y derecha de 35 años. Un periodista le pregunta si tiene pareja y ella responde que sí, que hace ya seis años vive con un hombre. Otra pregunta: ¿Piensan casarse? Respuesta: "No tengo esa fantasía". Para que vea lo genial que es todo esto, Rolando, tenga en cuenta que en este país existe una ley de matrimonio para homosexuales. Ellos sí se casan con toda alegría y salen en las revistas, felices de encarar un proyecto de vida en familia. Pero para los jóvenes heterosexuales, el matrimonio es "una fantasía". ¿No le parece fabuloso?
Otro hombre es sometido a juicio. En esta novela hay muchos juicios. A este tipo lo acusan de haber cometido crímenes durante aquella dictadura que ya le mencioné, hace unos 35 años. Se celebra el proceso y el hombre es condenado, como siempre, a prisión perpetua. Pero como es un hombre de 69 años que está con un derrame cerebral, el acusado asiste al juicio. ¡En camilla, postrado! Hay un momento genial: una de las acusadoras es una señora llamada Estela, que exclama furiosa: "¡Me da risa lo que dice este tipo!¨. Y resulta que el tipo en realidad no dice nada, porque no puede. Antes del accidente cerebro-vascular sí que decía cosas. ¡Si hasta fue político y ganó un montón de elecciones!
Hay una historia paralela, que tiene que ver con las drogas. Esta nación se había hecho famosa en el mundo por la abundancia de sus ganados y cereales, sus carnes y cueros. Pero ya no. Ahora exporta otras sustancias. Incluso aparece un juez federal que lo explica así: "Este es un país atractivo para los narcos. Tenemos excelente comida, excelentes mujeres, un clima y paisajes maravillosos y una legislación endeble que les ha permitido hacer lo suyo. Aparte, los detenidos extranjeros que son aprehendidos, a la mitad de la condena se van expulsados, en libertad. Por ejemplo, una persona que transporte 10 kilos de cocaína es detenida, pacta con el fiscal un juicio abreviado y al cabo de dos años y tres meses se vuelve a su país. Yo he escuchado grabaciones telefónicas de serbios que decían a sus colegas: ¡Vengan aquí, este es un país bárbaro!... Es asombroso ver que aquí tenemos detenidos de todas las nacionalidades: lituanos, letones, rusos, ingleses, tailandeses, holandeses, españoles. Todo el planeta está acá, entrando o sacando cocaína. El año pasado tuvimos en mi juzgado 270 detenidos por narcotráfico. Sumando los tres tribunales penales económicos, rondaron los 800 detenidos. El 80 por ciento es extranjero. En resumen, estamos exportando mucho a Europa". Es genial lo que explica este hombre, porque al mismo tiempo se desarrolla una fabulosa agroindustria con la exportación de soja, y algunos critican este fenómeno porque dicen que la soja. ¡Es tóxica! ¡No la cocaína, la soja! Es extraordinario. ¿No le parece, Rolando?
En este país raro y loco, las personas de 40 años todavía son consideradas jóvenes. Pero a los 50 ya son viejos y no les dan trabajo. Si dos jóvenes cuarentones forman pareja y quieren comprar una casita, no pueden, porque no les alcanza el sueldo ni les alcanzaría en un siglo. Entonces se quedan a vivir cada uno con su papá y su mamá, que son jubilados. En cambio, hay hordas de centenares de personas que invaden campos o terrenos y levantan sus casas en dos días. Pueblos enteros.
Misteriosamente, aparecen los ladrillos, el cemento, los caños, las chapas, las vigas, el dinero, el tiempo. Todo es mágico.
En este punto tuve que interrumpir el relato de González.
- Basta, señor González, ya me doy una idea. No me cuente más cosas porque me aturde. Yo encuentro que su novela es demasiado fantasiosa.
Perdóneme, no soy ninguna autoridad, es una opinión personal. Las novelas pueden contener mucho delirio y mucha magia, pero todo tiene un límite. La historia tiene que ser creíble. Verosímil. Y todo esto que usted cuenta, perdóneme González, no se lo cree nadie.
Nota marginal: Los datos sobre tráfico de drogas corresponden a declaraciones del juez federal Claudio Gutiérrez de la Cárcova, que lleva 36 años en el fuero penal, hechas a las revista Rumbos, 16-17 de abril de 2011.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1366654-rolando-hanglin
Ver también: http://fmgonnet.blogspot.com/2011/04/city-bell-le-dice-no-al-abuso-de.html