Fernando Tauber, rector de la UNLP |
Todos esos años "nos han servido de enseñanza, de gran aprendizaje para la construcción democrática de una universidad pública, con puertas abiertas para todos", explicó.
Según definió, "la razón de aquella persecución está en la concepción actual de la UNLP: una institución democrática, plural y abierta; un espacio para tener ideas, para pensar y ocuparse de las cosas que le pasan a la gente".
"Hoy seguimos defendiendo aquel modelo con el que soñábamos cuando éramos estudiantes: una universidad con compromiso social, donde la enseñanza, la transferencia, la investigación, la extensión y la participación sean puestas al servicio de nuestra comunidad", aseveró.
Tauber subrayó que la Universidad Nacional de La Plata fue una de las instituciones de educación superior más castigadas en los años de plomo.
"Más de 750 docentes, no docentes y alumnos fueron víctimas de la represión ilegal durante la última dictadura militar que se extendió entre 1976 y 1983 y del terrorismo de Estado", dijo y agregó que en los jardines del Rectorado "un monumento recuerda hoy el nombre de los 766 miembros de la comunidad universitaria desaparecidos y asesinados.
En el plano estrictamente académico, indicó, la UNLP "también sufrió los embates de una dictadura que apuntó a desarticular toda posibilidad de construcción de espacios de crítica y resistencia al programa" que pretendían imponer.
"En este escenario se cerraron las carreras de Sociología, Antropología, Psicología, Cine, Mural y Periodismo" y también "se desarticularon cátedras enteras, grupos de trabajo, investigaciones, proyectos de extensión, y experiencias académicas ligadas a una concepción más democrática de la producción y apropiación del conocimiento", explicó Tauber.
Jorge Jaunarena, secretario de Derechos Humanos de la Asociación de Docentes Universitarios de la Plata, dijo que las Fuerzas Armadas “fomentaron el desarrollo de una cultura académica individualista y corporativa; incluso no sólo se desapareció y asesinó, si no que además se obligó a renunciar y se cesanteó a cientos de docentes”.
La UNLP cuenta con una dirección de Derechos Humanos y un departamento de Memoria y Lucha contra la Impunidad.
"Estas áreas difunden las acciones de diferentes ámbitos en contra de la impunidad de los crímenes cometidos durante la última dictadura militar, así como la divulgación y el perfeccionamiento de los derechos de las víctimas de estos procesos”, explicó.
Fuente: Télam