Mientras algunos se quejaban por las redes sociales que los medios oficialistas no difundían nada, otros medios opositores se regodeaban difundiendo el morbo de aquellos que lo perdieron todo. Una vez más, la ciudadanía en muchas provincias se sintió sola y la clase política cuyo sueldo son 10 veces o más que el de un obrero hace increíbles esfuerzos por ningunear la realidad a través de medios cómplices que tratan de imponer la noticia banal de un joven cantante adicto o de la muerte de algún empresario que no es ejemplo de nada ni de nadie y vivió de excesos.
crisis, los femicidios, las drogas y la inseguridad son récord histórico en nuestro país.
La clase política acaba de entrar en la historia. Nadie en nuestro país se va a olvidar como,o dijimos en la nota de Córdoba (ver nota) que la gravedad institucional de lo allí acontecido no la habían tomado con la suficiente seriedad. Nadie se va a olvidar que mientras morían argentinos otros estaban de fiesta y cantaban "que la muerte no me sea indiferente".
Nadie se va a olvidar que algunos medios que están para informar la realidad pusieron frívolas notas cuando la información debiera ser un derecho del Pueblo y una obligación del medio. La Ley de medios vino a traer democracia en un espacio donde no lo había. Sería bueno que la aplicaran.
La historia juzgará este momento trágico de nuestro país. Aquellos que dejaron a solas al pueblo, incumpliendo sus deberes de funcionario público, aquellos que a sabiendas de lo que se venía priorizaron cuidar sus valores económicos sin hacerse cargo de la responsabilidad política que tenían de preservar a su pueblo, ya que para eso se los eligió, y aquellos que podían haber pospuesto una fiesta que no tiene nada que ver con la Argentina real porque todavía, mientras hacemos esta nota, hay saqueos y reclamos policiales que atentan contra la institucionalidad en nuestro país.
Que quede claro: ni aplaudidores, ni golpistas. Periodistas.
Ojalá en estas fiestas la dirigencia, los empresarios y las Fuerzas de Seguridad, aprendan a pedir y no a extorsionar. A presionar pero no imponer. A hablar y a escuchar para entender que en la Argentina debe reinar la tolerancia y la unidad en la diversidad.