Gonzalo Morel nos escribe:
"Casi a tres meses de la partida de ella es necesario que se conozca la otra parte de la historia. Todos recordarán la noticia del joven médico, que con un gran gesto de generosidad, permitió que una paciente no vidente con COVID-19 pueda despedirse de sus cinco hijos. Ella, mi mamá, se fue de este mundo acompañada de ese gran equipo de profesionales del Hospital San Roque de Gonnet, pero la historia no comenzó y terminó allí. Se tuvo que esperar un tiempo prudencial para hacer pública la historia completa. Mi madre, paciente mayor con muchas patologías de base, era cuidada y atendida como una reina en su casa. Se tenían todos los cuidados y precauciones para que estuviera en excelente estado de salud. Una mañana, al darle la medicación de manera oral, se ahogó de la forma más insignificante. Este hecho provocó que necesitara ser reanimada y luego de mucho esperar, la ambulancia de PAMI, la traslada al Instituto Médico Argentino de Berisso S.A, bajo el diagnóstico de broncoaspiración, durante el traslado ella ya se encontraba lúcida, conversando de lo ocurrido, preguntado a dónde la llevarían. Desde el momento que mi madre ingresa, sábado 29 de agosto, por protocolo no dejaban que nadie la vea y los informes eran telefónicos, informes carentes de sustento médico, expresaban que comía, hablaba y evolucionaba muy bien. Finalmente, el viernes 4 de septiembre, luego de seis días de internación, le dan el alta, informándonos que la enviarían a su domicilio en ambulancia, que así era el protocolo. Al llegar a su casa, cerca de las 17hs, la bajaron dopada completamente, con falta de higienización, con sus manos hinchadas y completamente desestabilizada, nunca le administraron la medicación de base que le habíamos enviado, ningún médico/médica nos brindó información de los estudios realizados, la epicrisis era una falta de respeto, sin ningún dato de relevancia, no era ni la sombra de lo que era mi madre una semana atrás. Esa misma noche, luego de bañarla y acostarla en su cama ortopédica con su colchón antiescaras, notamos que había comenzado a levantar fiebre, controlamos su temperatura durante la noche, la misma, fue variando, pero el sábado debimos volver a llamar a la ambulancia porque la fiebre no dejaba de subir. La ambulancia de PAMI nunca llegó, pero por suerte llegó la del SAME, con excelentes profesionales que trasladaron a mi madre al Hospital San Roque de Gonnet. A penas ingresó le realizaron el hisopado correspondiente y todos los estudios pertinentes. Detectaron una infección generalizada producto de la internación anterior, nuestro dolor era inmenso dado que siempre fue atendida en su casa con todos los cuidados necesarios y no podíamos creer el abandono recibido en Berisso. Nuestra sorpresa fue mayor cuando nos notificaron el resultado positivo del hisopado. A nuestra madre la arruinaron en 6 días, pero no solo eso. Le dieron el alta infectada poniendo en riesgo su vida y la todos los que la rodeaban. A pesar de las patologías de base, mi madre le dio pelea al COVID pero la
infección generalizada adquirida en el Instituto no le dio chance para sobrevivir. Mi mamá se fue un 14 de septiembre, nos despedimos por videollamada, sin poder sostener su mano, sin poder darle el último adiós como ella se lo hubiera merecido por la irresponsabilidad de una Clínica que no supo ser profesional. Arruinaron la vida de mi mamá y nos dejaron con un vacío enorme. Es necesario que se sepa, que esto no vuelva a ocurrir y que los responsables paguen por esto.En la imagen está ella, Norma de Jesús Lopez, nuestra madre, en su último cumpleaños y también con Valentín, el médico del Hospital San Roque, mientras nos despedíamos de ella. Si algo podemos hacer, es realizar esta publicación contando lo que nos pasó, para que no se repita con nadie más. Se hará justicia, lucharemos para que así sea.
#HASTAELCIELO"
