En un lugar cercano a Gonnet, existen grandes extensiones de campo privado que son mantenidos por un grupo de personas las que se encargan de desmalezar los predios.
Entre ellas, hoy vimos un gesto que vale la pena resaltar. Gabriela estaba con su desmalezadora limpiando uno de estos terrenos. En ese mismo lugar ,una familia de teros cuidaba a sus pichones recién nacidos.
Los bebés asustados por el ruido de la desmalezadora y el inminente peligro, por instinto salieron corriendo y cayeron a la calzada. Entendiendo el peligro que corrían los recién nacidos, Gabriela apagó su desmalezadora y fue a la calle para rescatarlos y ponerlos a salvo, mientras los padres de los pichones revoloteaban de forma amenazante.
A pesar del riesgo y haber interrumpido su tarea, Gabriela no dudo en socorrer a los pequeños. Escuchá la nota: