Una sustancia por sí sola no genera adicción; se necesita de una persona, con determinadas características, que consuma una sustancia en el marco de una relación de abuso o dependencia.
Para que se genere una adicción, confluyen varios factores participantes. Entre ellos, y en primer lugar ubicamos a una persona, con ciertos rasgos y predisposiciones tanto físicas como psicológicas.
Por otro lado, se necesita de una sustancia que por sus componentes químicos tenga poder adictógeno (capaz de producir una adicción). Sin embargo, no todo consumo de sustancias deriva en una adicción ni toda adicción se encuentra ligada a una sustancia. Esto se da por ejemplo en el caso de la ludopatía, tan compleja y problemática como cualquier adicción; además puede haber conducta adictiva ligada a las compras, la comida, el trabajo, la tecnología, una persona, etc.
Por último, pero no menos influyente, se requiere de un contexto familiar y social en donde ésta persona desarrolla su vida. Es un entorno que, por diferentes circunstancias, promueve, permite o no limita el consumo de sustancias.
Presentamos 3 factores que en conjunto pueden generar una adicción
1. Factores físicos
Para que se desarrolle una adicción tiene que haber una persona con predisposición física que incorpore a su organismo una sustancia que sea capaz de producir adicción. Su cuerpo debe generar cierta tolerancia y dependencia para permitir el desarrollo de un consumo compulsivo y descontrolado de una sustancia. Para poner un ejemplo, una persona no alcohólica puede estar en un evento social sin la necesidad de beber alcohol, porque no depende de él ni lo necesita, o bebiendo con moderación y antes de sentir una primera sensación desagradable deja de consumir. Pone límites a su ingesta sin tener consecuencias indeseadas.
En cambio, una persona alcohólica, puede estar bebiendo sin control y sintiéndose mal pero sin embargo no puede detener la ingesta, o incluso inmediatamente luego de transitar una situación desagradable producto de su consumo, volverá a beber como si nada le hubiera pasado.
2. Factores psicológicos
Como hemos dicho, no es adicta cualquier persona que consuma una sustancia. Se establecerá un vínculo de dependencia y adicción si se dan ciertas características psicológicas que contribuyan al desarrollo de un vínculo dependiente hacia una sustancia: baja autoestima, pobre concepto de sí mismo, personalidad dependiente, percepción de que con sustancias las situaciones difíciles se transitan mejor, necesidad de evasión de la realidad, inmadurez emocional, abulia, sentimiento de culpa, impotencia, angustia, duelos no elaborados, anhedonia, introversión, entre otros.
3. Factores sociales
Por último, se requiere para el desarrollo de una adicción que la persona consumidora se encuentre inmersa en un entorno socio-familiar, que provea factores de riesgo que condicionen y faciliten el
consumo problemático. Entre ellos podemos mencionar: falta de redes de contención, sobreprotección, vínculos dependientes, figuras significativas adictas que se constituyen en los únicos modelos a seguir, marginalidad, ausencia de figuras de autoridad contenedoras, exclusión social, falta de puesta de límites, poca o nula comunicación familiar.
En resumen, para que una persona sea adicta se necesita mucho más que el consumo de una sustancia. Como hemos dicho, es necesario que la persona que la ingiera, tenga características que faciliten la construcción y sostenimiento de un vínculo de abuso o dependencia con la sustancia.
La adicción se enmarca en un cuerpo, mente y contexto que en conjunto faciliten la producción de una adicción.
Lic. Melina Gancedo
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