Luciano Peralta tenía 34 años. Falleció tras una crisis nerviosa. Lo acusaban de robo, pero estaba cuidando a sus hijos por pedido de su ex esposa
La investigación penal que intentó echar luz sobre la muerte de Luciano Peralta (34) quien falleció en la sede del fuero Penal de La Plata, donde había sido trasladado para notificarlo de su libertad, luego de pasar la noche en la comisaría Décimoprimera de La Plata, tuvo como destino final el archivo de las actuaciones.
El 28 de octubre de 2013 Peralta murió en las oficinas de la Defensoría 6 a cargo de María Vigorelli y Verónica Garganta. El hombre había sido llevado ante sus defensoras quienes le estaban comunicando que se iba en libertad, luego de haber pernoctado en la seccional enclavada en 14 y 530.
Luciano Peralta era padre de tres niños y se ganaba la vida como jardinero. Hacía poco tiempo se había separado de su esposa. Estaban recomponiendo la pareja.
La dramática historia comenzó en la tarde noche del domingo 27 de octubre cuando –según la policía– un llamado telefónico al 911 alertaba sobre un presunto robo en pleno proceso (bajo la modalidad escruche) en una vivienda de 133 y 526. Una comitiva policial de la seccional Décimoprimera llegó al lugar y detuvo a Luciano delante de sus hijos.
Luciano fue encerrado en los calabozos de la seccional policial ubicada en pleno corazón de “La Favela” platense. Pedía por su madre y su esposa. Ambas llegaron hasta le seccional e intentaron
explicar que el joven no estaba robando sino cuidando a sus propios hijos.
Cuando ya era un hecho consumado que Luciano iba a pasar la noche tras las rejas, la madre le compró seis empanadas y un jugo Baggio para que cene, comida que compartió con un compañero de celda.
A primera hora de este lunes 28 de octubre, tras pasar toda la noche encerrado, Peralta fue llevado a la sede del fuero Penal platense. Minutos después de las 11 de la mañana se entrevistó con María Esther Vigorelli, defensora oficial en turno, quien le notificó que se iba en libertad.
“Flaco te vas a tu casa, estás en libertad”, fueron las últimas palabras que escuchó de parte de un empleado judicial antes de sufrir una crisis de nervios que derivó en convulsiones y, tras varios minutos de temblores corporales, falleció.
La familia sospecha que Luciano fue blanco de brutalidad policial.
Por este episodio se abrió una causa en la fiscalía en turno a cargo de Juan Cruz Condomí Alcorta caratulada “averiguación causales de muerte”. El resultado de la autopsia, de estudios complementarios y los relatos de los compañeros de detención fueron la piedra angular del cierre del proceso.
Los forenses establecieron que Peralta falleció a causa de un fallo multiorgánico, colapsaron sus pulmones y murió infartado.
También dictaminaron que sobre la superficie corporal y en el interior del cadáver “no se observaron ni pudieron constatarse” lesiones de origen traumático ni con entidad suficiente como para ser causales de la muerte.
A este cuadro se suman las declaraciones de las personas que compartieron detención con Peralta. Todos aseveraron que no fue víctima de violencia policial mientras estuvo alojado en el calabozo de la seccional.
Así se cerró una de las causas que acapararon la atención en plena primavera de 2013. El 28 de octubre de 2013 una marcha en reclamo de “Justicia para Luciano” desencadenó la furia vecinal que prendió fuego parte de la comisaría.
Fuente: Tinta Judicial
