Porque voy a la cancha, porque no todos somos barras, porque mi viejo iba de la manito llevado por mi abuelo y hoy los dos me miran desde el cielo. Sentado en esas tribunas es sentirme un poco mas cerca de ellos.
Ya camino del estadio empieza la magia, los sentimientos, las pasiones. Esas que me aceleran el corazon al oir las voces que llegan desde afuera y desde adentro.
A mi, nadie me paga por este sufrimiento. No lo van a entender. Algunos pagamos por sufrir o por la esperanza de salvarnos en el ultimo minuto.
A veces, me confundo. Saltando en la tribuna me parece oirlo al viejo:
-"Tomá. Andá a comprarte un pancho".
Qué momentos... Si hasta el olor del estadio refresca los recuerdos. Parece que fue ayer y pasó tanto tiempo.
En fin... Queria compartir esto con ustedes y con todos aquellos para los que el fútbol es casi una religión, un rito que va de generación en generación.
A mi edad ya la vida me quitó tantas cosas que no estoy dispuesto a dejar que me saque nada más. Tendrá que arrancarme este sentimiento que hoy me hace llorar. Pero sé que la vida da revancha y vamos a volver.
Bueno, espero que publiquen esta nota o por lo menos se tomen el trabajo de leerla. Sí ya sé, que no es una noticia. Pero es el sentimiento de un hincha y oyente. Un abrazo...