Ocurrió esta tarde en 495 y 19, cuando se hizo presente una Oficial de Justicia y un abogado para cumplimentar un mandato judicial en el que se secuestraría un vehículo. Hasta ahí una diligencia típica como cualquier otra.
Lo que sucedería casi al final del acto judicial es una muestra del deterioro y la violencia que expone a los trabajadores, en este caso judiciales, en una sociedad cada vez más agresiva y despojada de valores.
Hablamos con la damnificada que esto contó en diálogo con Radio Gonnet. Escucha la entrevista.