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martes, 27 de marzo de 2018

A.D.A.R. - ¿Por qué trabajar en grupos la problemática de las adicciones?

Un grupo es un conjunto de personas reunidas compartiendo un espacio, un tiempo y un objetivo común, en este caso, el objetivo buscado en conjunto es el tratamiento de adicciones. Ya sean de autoayuda o coordinados por profesionales, los grupos presentan una riqueza interesante que complementa la terapia individual, agregando mecanismos y procesos que solo en una situación grupal se pueden producir.



Desde comprender y aceptar que se tiene un problema de adicción, hasta construir herramientas para controlar y frenar la conducta adictiva, pasando por conocer cómo otros vienen superando los síntomas de la abstinencia, son unos de los tantos momentos por los que un grupo puede atravesar. Escuchar el enojo consigo mismo de una persona que enumera todo lo que ha perdido por una adicción, u observar la fuerza con la que otro relata su lucha de cada día para evitar una recaída. O sentir la vergüenza y culpa con la que otro vuelve al grupo, luego de recaer.

Son muchas las historias y emociones que circulan en el encuentro grupal. A continuación veremos 5 hechos importantísimos que se producen en un grupo.

1) Encuentro con otros

Trabajar en grupos, permite el encuentro con otros y, a la vez, con uno mismo. Un grupo permite identificarse a otros en una situación, un sentimiento o emoción. Este hecho promueve el sentirse comprendidos, unidos por una misma situación que deja de lado juicios y prejuicios; entender que otros también están pasando por mismas o peores situaciones o comprender de quienes ya lo han pasado, que se pude cambiar, mejorar y salir adelante. De esta manera, se produce una gradual disminución de la ansiedad y la confusión inicial y va aumentando de a poco la conciencia de que los cambios son posibles.

2) Escuchar/Escucharse

Un grupo permite escuchar a otros y a la vez, escucharse a sí mismo. Las palabras que uno emite son devueltas por otros, lo cual facilita el volver a escucharse para una mayor toma de conciencia de lo que se dice, cómo se dice y para qué.

3) Palabras, instrumentos de trabajo

Junto con la escucha, un grupo utiliza las palabras como herramienta principal. Se aprende a usar las palabras para expresar el dolor, la angustia, el miedo, el enojo, la impotencia y también para brindarse apoyo y ayuda los unos a los otros. Poner en palabras lo que cada uno está atravesando y por medio de palabras recibir contención, se vuelve aliviador.

4) Grupo como agente de cambio

El trabajo en grupo motiva a generar cambios en pos de una mejor calidad de vida. Un grupo permite conocer y construir nuevas formas de actuar, conocer que hay otras alternativas de vida y desde esa idea poder llevar adelante cambios saludables en los hábitos, en las actitudes, en el manejo de emociones, en la construcción de proyectos a corto y largo plazo, en la autoestima, en el vínculo con los demás.

5) Identificados pero diferentes

Si bien los grupos de tratamiento de adicciones, al abordar un tema en común, permiten sentir a sus
participantes identificación al relato y sufrimiento del otro, (y por lo tanto sentirse entendidos y escuchados), las diferencias singulares permanecen y permiten trabajar un mismo problema, pero teniendo en cuenta el caso por caso, las diferentes historias de vida, los distintos tiempos, las diferentes subjetividades en juego que confluyen en un grupo.

Otra forma de trabajo grupal en adicciones: los grupos multifamiliares

Los grupos multifamiliares son aquellos que reúnen a miembros de diferentes familias, atravesadas por una misma problemática: ser familiar de una persona con problemas de adicción. Como mencionábamos antes, aunque los una un mismo problema, cada familia, e incluso cada miembro de una familia, es único, individual y singular. Cada participante quizás lleve al grupo mismas emociones y situaciones problemáticas pero cada uno tendrá su propia versión a la hora de elaborar cada punto en cuestión.

En el grupo multifamiliar, se aborda el vínculo entre el familiar y la persona adicta a fin de entender qué es una adicción y cómo abordarla, trabajar angustias, enojos, la desesperación y sensación de culpa o desesperanza, manifestaciones comunes con las que suelen llegar las familias a los grupos. Es importante trabajar qué lugar creen tener las familias en una adicción. Entre las múltiples posturas, podemos mencionar dos extremos: personas que se culpan de la adicción de un familiar: creen haber hecho algo mal para que se desarrolle el problema. Por el otro lado, personas que ven en el familiar adicto a aquel que los mete en problemas, que quita la tranquilidad en el hogar, quien no quiere cambiar. En resumen, ven en la persona adicta al culpable del malestar familiar, al problemático, la “oveja negra” de la familia.

Para hablar de una posición intermedia (y mucho más sana) tenemos que dejar de buscar culpables y reemplazar el concepto de culpa por el de responsabilidad. La persona adicta tiene un problema de salud y responsabilidad en el sostenimiento o recuperación del mismo. A la vez, puede haber co-responsabilidad, repartida entre la persona adicta y su familia, dado por el hecho de que no nacemos ni crecemos aislados y muchas veces el contexto familiar de alguna u otra manera facilita el desarrollo de una adicción, la mayoría de las veces, de modo inconsciente.

Lic. Melina Gancedo
M.P.:54.389
A.D.A.R.
Servicio gratuito especializado en adicciones
Caritas La Plata
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