Las políticas económicas del Fondo Monetario Internacional sumergieron a Grecia en la crisis más grande de su historia. Lo que posibilitó en el país heleno la llegada al poder por primera vez de la izquierda, en una sociedad históricamente de derecha. Las mismas políticas causaron en Argentina, en el 2001, no sólo desocupación, pérdida de la industrialización del país. También causó muertes de forma directa o indirecta, ya sea por represión o suicidios.
En un mal augurio, economistas internacionales, días atrás sentenciaron que la Argentina este año caerá en recesión, lo que significa que la economía se estancará y crecerá el número de pobres en el país.
Hoy se conoció que la inflación en estos últimos meses creció un 10 %, eso proyecta una inflación anual de enero a enero de más del 30 por ciento.
Mientras a las grandes empresas se les libera el mercado, no se controla los abusos en la cadena de distribución de los alimentos desde el productor hasta el consumidor. Suben las tarifas de luz, gas y otros servicios, el asalariado todavía no ve por parte del gobierno una medida concreta que le recupere el poder adquisitivo que perdió desde diciembre hasta hoy.
Los próximos meses serán muy calientes, porque mientras el presupuesto en la legislatura bonaerense creció un 46 por ciento a los docentes se les quiere dar un 23 por ciento y de forma escalonada. Cabe consignar, que el sueldo de un legislador es millonario comparado con el de un docente.
Queda muy claro que la educación antes no era prioritaria, y ahora, tampoco. Y si el gobierno no toma
medidas urgentes contra la escalada inflacionaria la única forma de frenar el alza de los precios de los productos es no comprar, alternativa poco viable para un país en crecimiento a menos que hablemos de desocupación y hambre.
El plan de hacer una Argentina competitiva, no es negativo, visto desde el gobierno. Pero administrar un país no es lo mismo que ser gerente de empresa ya que cuanto más gente quede fuera del sistema, habrá menos dinero circulante, más conflictividad social, lo que se traduce en más inestabilidad política.