Publicado por La Campana /INTERES GENERAL/ Andrea
Ibañez vive en la localidad de Villa Elisa, más precisamente en el
barrio Dumon. Está sola con su hijo, es separada y afronta una dura
situación económica que no le permite avanzar y que sobre todo influye
directamente en su estado de salud. Ella fue transplantada dos veces.
Cuando recibió su primer transplante de riñón, el órgano fue rechazado
por intoxicación de medicación post transplante, es así que siguió su
vida haciéndose diálisis 3 días en la semana. A principios del año 2010
entro en operativo de transplante y resultó con éxito.
Con
el alta Andrea regresó a su hogar, pero ese no era el hábitat que su
recuperación requería. Ante esta situación comenzó a golpear puertas
pidiendo ayuda para mejorar su vivienda. Pero las respuestas no
llegaron. Así pasó el tiempo y su vivienda continuó deteriorándose y a
su vez, en uno de los temporales que nuestra localidad sufrió las ramas
de un árbol lindero rasgaron las paredes, rompieron el techo, y para
mal de males las bases cedieron. La casa se llueve, las paredes emanan
humedad, el baño no esta en condiciones, las habitaciones están
deplorables. Es un panorama desalentador.
Su salud se fue deteriorando. Los últimos estudios demuestran que se ha producido una involución, lamentablemente. A su vez las condiciones de insalubridad que presenta su vivienda incrementan su problemática. La adversidad económica que atraviesa no le permite acondicionar mínimamente su hogar y no esta para nada apto para su tratamiento y recuperación. Precisa ahora y siempre, de higiene, de tener un clima estable dentro de su casa y ya no cuenta con el servicio de gas por falta de pago.
Su enfermedad le ha provocado una disminución en las actividades que podría realizar. Ella no puede trabajar ya que su discapacidad supera el 75%.
Andrea continúa pidiendo una solución a su problema y lamentablemente no ha recibido ninguna ayuda concreta que permita modificar su realidad y así poder sobrellevar su enfermedad.
Lamentablemente este no es el único ni el último caso de personas enfermas sin recursos que tienen que sortear innumerables oídos sordos, gestiones en vano, contando una y otra vez su historia, que se pierde como eco en el espacio.
La necesidad es urgente. Desde este medio apelamos a la solidaridad de la comunidad y a la buena voluntad de la dirigencia política y así poder llevar un poco de alivio a esta mujer que muestra un rostro cansado y triste pero que aún guarda un dejo de esperanza y no baja los brazos para poder salir adelante.
EL TELEFONO DE CONTACTO: 15-5892793 (Marcelo)
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