Secciones

sábado, 25 de agosto de 2012

En el fútbol argentino los violentos mandan

Una vez más, asistimos a un nuevo hecho de violencia. Como todos los fines de semana, nos hemos acostumbrado a algún muerto, herido, baleado; pero en la república bananera argentina, los intereses económicos están por encima de la vida misma.

Foto: Web
Desde el mismísimo impresentable de Julio Grondona, para abajo hay una cadena de complicidad aberrante para que los violentos gobiernen en el espectáculo más querido por los argentinos.

Cinco heridos al enfrentarse dos facciones de la barrabrava de Boca


Dos facciones de la barra brava de Boca, que responden a Mauro Martín y Rafael Di Zeo, se enfrentaron en la autopista Rosario-Santa Fe, a la altura del kilómetro 22, antes del partido con Unión.

Todos los heridos fueron trasladados al hospital Granadero Baigorria y dos de ellos permanecían en estado críticas con impactados de bala en la zona del tórax y el cuello.

El resto de los internados estaba fuera de peligro, según se informó. Los problemas comenzaron cuando cerca de 900 barras alineados con Di Zeo, que se trasladaban en micros, fueron interceptados camino al estadio por la policía provincial, que impidió la continuidad de su marcha por falta de entradas.

En ese momento, ocurrieron los primeros desmanes con la fuerza de seguridad y luego la situación se agravó cuando los violentos regresaban camino a Rosario y se cruzaron con el grupo que responde a Martín, que iba en dirección a Santa Fe.





Decisión política

Ante estos nuevos hechos es necesario saber que seguirá corriendo sangre. Que continuarán los heridos, baleados y muertos hasta que los funcionarios y empresarios que lucran con este "deporte" empiecen a darle verdadero valor y respeto a la "vida" de quienes llenan sus arcas y sus intereses. Hasta que eso pase sabremos que el fútbol argentino es un monumento vivo a la mentira, a la infamia y a la corrupción.

Una cosa es preocuparse por la inseguridad y la violencia; eso nos atañe a los espectadores y a algunos comunicadores. Pero los funcionarios y dirigentes debieran "ocuparse" de la inseguridad y la violencia. El silencio y el ostracismo en estos casos, es complicidad con los violentos y asesinos que concurren cada fin de semana a la cancha. Julio Grondona y asociados: nunca más. Terminemos con la dictdura de la muerte.