Pasajeros que esperaban la reanudación de servicios ferroviarios en la estación de Once protagonizaron incidentes, a ocho horas del accidente en el que murieron 49 personas.
Algunos hombres cansados de esperar su hora de viaje arrojaron botellas, palos y sillas contra policías federales que resguardaban la zona.
Ante ello, grupos de Infantería controlaron los disturbios y se instalaron con escudos antitumultos para evitar desmanes.