Enio Iommi, un grande de la cultura nacional, uno de los escultores argentinos más reconocidos del último siglo, visita la sede Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires.
Conocedor y partícipe directo de la construcción de la casa Curutchet donde está implantada una de sus obras, brindará una charla abierta , libre y gratuita.
"El día viernes 3 de diciembre a las 17:30 hs. recibiremos a este gran artista que ha manejado a la perfección el sentido de la espacialidad. Una verdadera oportunidad para tomar contacto con la historia viva de nuestro patrimonio"-aseguraron desde la Comisión de Extensión Profesional y el Programa de Protección del Patrimonio.
"Si bien la charla es de entrada libre, solicitamos confirmar la presencia escribiendo a pppatrimoniocapbad1@gmail.com"-finalizaron desde el Colegio de Arquitectos.
Para mayor información visitar la página www.capbauno.org.ar
Breve biografía:
Enio Iommi, nació en Rosario en 1926. Siendo muy joven comienza a trabajar en el taller de escultura ornamental que poseía su padre.
En 1945 realiza su primera obra, la que marcará el inicio de la escultura concreta en Argentina, la titulo “Direcciones opuestas”, de esta forma será uno de los fundadores de la Asociación Arte Concreto-Invención, tendencia que pretende romper con la figuración decorativa imperante.
A partir de este momento, el espacio, el vacío virtual es protagónico, penetra la obra, no sólo la rodea. La innovación reside en relegar la idea de escultura como estructura maciza.
En 1952 es convocado e Integró el Grupo Artistas Modernos de la Argentina.
Ejecutó en 1953 su primera escultura monumental para la Casa Curutchet, diseñada por Le Corbusier, en la ciudad de La Plata.
En 1977 termina de dar su gran vuelco artístico. Rescata la representación y compone obras con materiales toscos, residuales, como adoquines, maderas, alambres, que refieren al contexto sociopolítico con ironía y agresividad
La dramática realidad propia del contexto en que vive es plasmada a través de la rusticidad de materiales como alambres de púa, adoquines y sogas que manifiestan, metafóricamente, la brutalidad que caracteriza el período de la última dictadura militar.
Desde los 80, el tono grotesco se suma al compromiso ético -característica invariable en su obra.
En los últimos años, el carácter crítico de su producción se imprime con mayor fuerza. “Mis utopías vs. la realidad” (1999) y en “Homenaje al tango Cambalache” (2002) son muestras paradigmáticas en cuanto a la representación del declive social y cultural armadas por las políticas de turno. La banalidad de los objetos de consumo empleados señala la crisis de valores. A su vez, la ironía pasa a ser producto de una poética generada a partir del aspecto lúdico con un fuerte asidero conceptual y de la síntesis de variados elementos.