A pesar de que los salarios van a la baja como nunca en más de una década, este segundo semestre los alimentos de la canasta básica siguen aumentando. Verduras y hortalizas como el tomate se han puesto lejos del alcance de la clase media que ha sido fuertemente impactada por una serie de medidas muy antipopulares, o sea, en contra de la gente, en contra del pueblo. Tarifazos, devaluación y una inflación sin fin son un cóctel destructivo para el bolsillo de los que trabajan.
La leche, el pan y artículos de limpieza registran mes a mes pequeños incrementos que se van sumando y la escalada parece no tener fin.
A todo esto, el ministro Aranguren reconoció que los tarifazos no solo no terminaron, continuarán. La luz, volverá a tener un reajuste en favor de las empresas. ¿Y en favor de la gente cuándo el gobierno tomará alguna medida?
El mercado desregulado y la teoría del derrame ya lo probamos en los 90´s y sabemos cómo terminó. Argentina es uno de los países más ricos del mundo con capacidad para alimentar a 400 millones de
seres humanos. ¿como puede ser entonces que en sólo seis meses tenemos casi 2 millones de nuevos pobres? Se enciende una luz de alarma.
